Cada día que pasa palabras como Ágil, Scrum, Lean, Iteration, Sprints, .., se pronuncian más en entornos de desarrollo software, cada vez son palabras más familiares, cada vez hay más empresas que están acomodando o adaptando metodologías ágiles dentro de sus equipos al cargo de las soluciones software.
Tuve la oportunidad de conocer estos conceptos al comienzo de mi carrera profesional, desde el punto de vista del programador, y ya desde entonces me pareció un cambio drástico en lo aprendido previamente, pero tras lecturas sobre su teoría y su posterior puesta en práctica se iba consumando en mi interior una creencia hacia un cambio inmejorable y que sería claramente el futuro en la industria del software.
Desde hace unos meses tengo la oportunidad de poner en práctica el uso de metodologías ágiles en un pequeño equipo de desarrollo, pero desde el punto de vista de gestión. Es pronto para tomar conclusiones grandes, pero estos meses me han servido para ver que cada equipo es muy diferente,y cada equipo necesita sus propias herramientas para poner en práctica una metodología de desarrollo. Al principio, es muy importante una revisión constante para poder tunear herramientas, equipo y procesos para adaptarlos al entorno propio de trabajo, ningún equipo es igual y es muy importante tener la mente abierta para la adaptación constante.
En pocas palabras, hay que llevar el empirismo a su totalidad, trazar un proceso básico a seguir para el desarrollo, medir resultados para saber qué es necesario cambiar y proceder con los cambios de afinamiento. Con el paso del tiempo es preciso añadir al proceso básico nuevos pasos para la mejora del proceso de desarrollo y del propio equipo. Si un cambio provoca malos resultados es necesario deshacer el cambio o readaptarlo.
Pon en práctica tu proceso y adáptalo a aprtir de los resultados de forma continúa.
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